Genio número 41: Hahabel.
Lo que puede obtenerse de Hahahel:
La reintegración a la fe. Inspiración en pláticas religiosas. Eficacia en ritos y
oraciones. Poder de convencer a los impíos. Protección en la misión encomendada y
contra los calumniadores.
“Hahahel; Dios en Tres Personas”.
“Eterno, libera mi alma de labios inicuos y de la lengua engañosa”.
“Domine, libera animan meam a labiis iniquis et a lingua dolosa”.
“Hahahel, transmíteme, Señor, Tu aliento con la fuerza implacable de quien da un hachazo, para que Tu mensaje penetre en mí violentamente y no pueda perderse una sola gota de ese Amor en mundanos devaneos”.
“Ayúdame, para que ese amor que de Ti recibo, vuelva a las fuentes primordiales
enriquecido con mi propio amor humano, tejido de obras y sacrificios”.
“Permíteme, Señor, ser el gran protagonista de Tu pureza y no toleres que mis labios exijan de otros aquello que yo mismo debo restituirte”.
“Mantenme, Señor, atado a Tu luz, para que pueda ser, en todo momento y en todo lugar, tu perfecto misionero”.
Genio número 42: Mikael.
Lo que puede obtenerse de Mikael:
Comunicación con personas que se encuentran lejos. Obediencia por parte de los
subordinados. El don de la diplomacia. Seguridad en los viajes.
“Mikael; Virtud de Dios, casa de Dios, semejante a Dios”.
“El Eterno te guardará de todo mal. Él guardará tu alma”.
“Dominus custodit te ab maní malo, custodiat animan tuam Dominus”.
“Señor Mikael, concédeme el privilegio de instituir en la Tierra el orden que rige en el Cielo”.
“Haz que mi inteligencia comprenda las divinas medidas y guíame después hacia las circunstancias que han de permitirme exteriorizarlas”.
“Que Tu luz me ilumine para que pueda difundir sólo aquello que es conforme a las reglas de oro”.
“No excites mi curiosidad hacia las cosas profanas y haz de mí una persona ávida de secretos cósmicos”.
“No permitas, señor Mikael, que sirva a otro soberano que no seas Tú, ni que ostente otro poder que el que viene directamente de Tu trono”.
“Mantenme, Señor, en Tu obediencia, no me apartes de la esfera de Tu amor ”.
Genio número 43: Veuliah.
Lo que puede obtenerse de Veuliah:
Favor de personajes elevados, directamente o por intermedio de sistemas de
comunicación, verbales, escritos o de cualquier naturaleza. El triunfo de justas causas.
Protección para las empresas y su prosperidad.
“Veuliah; rey dominador”.
“Eterno, yo imploro tu socorro y mi plegaria de la mañana se eleva hacia Ti”.
“Et ego ad te Domine clamavi; et mane mea praeveniet te”.
“Veuliah; haz que en mi fuero interno resplandezca la luz para que mis sentimientos se acomoden a las exigencias del orden universal”.
“Haz que mi amor se complazca en todo lo que es noble y elevado”.
“Haz que mi fuerza interior se proyecte hacia objetivos sublimes”.
“Que mis sentimientos, señor Veuliah, se integren armoniosamente al mundo
mental, que sean felices inspiradores de mi razón y que unos y otros puedan ser
generadores de conciencia”.
“Si me has designado, Señor, para hacer Tu guerra, presérvame de todo odio, de
todo rencor, que mi violencia no pueda tener otro objetivo que el de Tu justicia, que mi brazo armado sea aquél a través del cual es restituida la virtud y la libertad ”.
“Señor Veuliah, no permitas que para mis hermanos pueda jamás ser el tirano, sino el que presta la fuerza y el valor para permanecer en el seno de tu justo rigor”.
Genio número 44: Ylahiah.
Lo que puede obtenerse de Ylahiah:
Protección de los magistrados para ganar un proceso. Protección contra las armas,
los atentados, los ladrones. Valor para afrontar la adversidad. Conquista de la celebridad por una hazaña singular.
“Ylahiah; Dios eterno”.
“Acoge los sentimientos que mi boca expresa y enséñame Tus leyes”.
“Voluntaria oris mei beneplacita fac Domine et judicia tue doce me”.
“Ylahiah, si me has elegido a mí como instrumento de Tu justicia, mantenme dentro de Tu luz, no permitas que mis sentimientos se desborden impeliéndome a tomar justicia por mi mano. Guíame, Señor, hacia las escuelas del Saber, donde pueda instruirme sobre Tus leyes y tomar consciencia de la organización del cosmos”.
“Haz que las empresas en las que triunfe sean aquellas que inspira Tu designio y estando Tu voluntad en juego, haz que sea ese héroe mediante cuyo
comportamiento todo el Universo da un magistral paso hacia delante”.
Genio número 45: Saliah.
Lo que puede obtenerse de Saliah:
Buena salud y curación en caso de enfermedad, para sí mismo y para los demás.
El triunfo de la modestia, la confusión de los orgullosos. Facilidad en el aprendizaje de
cualquier cosa, medios para ello. La vida y la salud de todo lo que respira, sean plantas, animales u Hombres.
“Saliah, motor de las cosas”
“Cuando digo, “mi pie vacila”, tu bondad, Eterno, me sirve de apoyo”.
“Si diceman, motus est pes meus; misericordia tua domine adjuvebat me”
“Saliah, Señor, me encuentro maduro como un Sol que necesita derramar su
simiente por el Universo; debes ayudarme para que de mí no se desprendan las
virtudes indiscriminadamente, sino que salga tan sólo de mi esfera luminosa aquello que es útil al discurrir de la Obra del Eterno”.
“Haz, Señor Saliah, que a través de mí puedan encontrar su plenitud los que estén movidos por el afán de servicio, y que gracias a mi acción madure la buena simiente”.
“No permitas, Saliah, que mi temperamento se exprese con exceso, que no sean
demasiado tórridos los veranos ni demasiado fríos los inviernos”.
“Permíteme, Señor, actuar siempre al unísono del latir cósmico, y que todo
encuentre a través de mí su perfecta línea del Universo”.
La reintegración a la fe. Inspiración en pláticas religiosas. Eficacia en ritos y
oraciones. Poder de convencer a los impíos. Protección en la misión encomendada y
contra los calumniadores.
“Hahahel; Dios en Tres Personas”.
“Eterno, libera mi alma de labios inicuos y de la lengua engañosa”.
“Domine, libera animan meam a labiis iniquis et a lingua dolosa”.
“Hahahel, transmíteme, Señor, Tu aliento con la fuerza implacable de quien da un hachazo, para que Tu mensaje penetre en mí violentamente y no pueda perderse una sola gota de ese Amor en mundanos devaneos”.
“Ayúdame, para que ese amor que de Ti recibo, vuelva a las fuentes primordiales
enriquecido con mi propio amor humano, tejido de obras y sacrificios”.
“Permíteme, Señor, ser el gran protagonista de Tu pureza y no toleres que mis labios exijan de otros aquello que yo mismo debo restituirte”.
“Mantenme, Señor, atado a Tu luz, para que pueda ser, en todo momento y en todo lugar, tu perfecto misionero”.
Genio número 42: Mikael.
Lo que puede obtenerse de Mikael:
Comunicación con personas que se encuentran lejos. Obediencia por parte de los
subordinados. El don de la diplomacia. Seguridad en los viajes.
“Mikael; Virtud de Dios, casa de Dios, semejante a Dios”.
“El Eterno te guardará de todo mal. Él guardará tu alma”.
“Dominus custodit te ab maní malo, custodiat animan tuam Dominus”.
“Señor Mikael, concédeme el privilegio de instituir en la Tierra el orden que rige en el Cielo”.
“Haz que mi inteligencia comprenda las divinas medidas y guíame después hacia las circunstancias que han de permitirme exteriorizarlas”.
“Que Tu luz me ilumine para que pueda difundir sólo aquello que es conforme a las reglas de oro”.
“No excites mi curiosidad hacia las cosas profanas y haz de mí una persona ávida de secretos cósmicos”.
“No permitas, señor Mikael, que sirva a otro soberano que no seas Tú, ni que ostente otro poder que el que viene directamente de Tu trono”.
“Mantenme, Señor, en Tu obediencia, no me apartes de la esfera de Tu amor ”.
Genio número 43: Veuliah.
Lo que puede obtenerse de Veuliah:
Favor de personajes elevados, directamente o por intermedio de sistemas de
comunicación, verbales, escritos o de cualquier naturaleza. El triunfo de justas causas.
Protección para las empresas y su prosperidad.
“Veuliah; rey dominador”.
“Eterno, yo imploro tu socorro y mi plegaria de la mañana se eleva hacia Ti”.
“Et ego ad te Domine clamavi; et mane mea praeveniet te”.
“Veuliah; haz que en mi fuero interno resplandezca la luz para que mis sentimientos se acomoden a las exigencias del orden universal”.
“Haz que mi amor se complazca en todo lo que es noble y elevado”.
“Haz que mi fuerza interior se proyecte hacia objetivos sublimes”.
“Que mis sentimientos, señor Veuliah, se integren armoniosamente al mundo
mental, que sean felices inspiradores de mi razón y que unos y otros puedan ser
generadores de conciencia”.
“Si me has designado, Señor, para hacer Tu guerra, presérvame de todo odio, de
todo rencor, que mi violencia no pueda tener otro objetivo que el de Tu justicia, que mi brazo armado sea aquél a través del cual es restituida la virtud y la libertad ”.
“Señor Veuliah, no permitas que para mis hermanos pueda jamás ser el tirano, sino el que presta la fuerza y el valor para permanecer en el seno de tu justo rigor”.
Genio número 44: Ylahiah.
Lo que puede obtenerse de Ylahiah:
Protección de los magistrados para ganar un proceso. Protección contra las armas,
los atentados, los ladrones. Valor para afrontar la adversidad. Conquista de la celebridad por una hazaña singular.
“Ylahiah; Dios eterno”.
“Acoge los sentimientos que mi boca expresa y enséñame Tus leyes”.
“Voluntaria oris mei beneplacita fac Domine et judicia tue doce me”.
“Ylahiah, si me has elegido a mí como instrumento de Tu justicia, mantenme dentro de Tu luz, no permitas que mis sentimientos se desborden impeliéndome a tomar justicia por mi mano. Guíame, Señor, hacia las escuelas del Saber, donde pueda instruirme sobre Tus leyes y tomar consciencia de la organización del cosmos”.
“Haz que las empresas en las que triunfe sean aquellas que inspira Tu designio y estando Tu voluntad en juego, haz que sea ese héroe mediante cuyo
comportamiento todo el Universo da un magistral paso hacia delante”.
Genio número 45: Saliah.
Lo que puede obtenerse de Saliah:
Buena salud y curación en caso de enfermedad, para sí mismo y para los demás.
El triunfo de la modestia, la confusión de los orgullosos. Facilidad en el aprendizaje de
cualquier cosa, medios para ello. La vida y la salud de todo lo que respira, sean plantas, animales u Hombres.
“Saliah, motor de las cosas”
“Cuando digo, “mi pie vacila”, tu bondad, Eterno, me sirve de apoyo”.
“Si diceman, motus est pes meus; misericordia tua domine adjuvebat me”
“Saliah, Señor, me encuentro maduro como un Sol que necesita derramar su
simiente por el Universo; debes ayudarme para que de mí no se desprendan las
virtudes indiscriminadamente, sino que salga tan sólo de mi esfera luminosa aquello que es útil al discurrir de la Obra del Eterno”.
“Haz, Señor Saliah, que a través de mí puedan encontrar su plenitud los que estén movidos por el afán de servicio, y que gracias a mi acción madure la buena simiente”.
“No permitas, Saliah, que mi temperamento se exprese con exceso, que no sean
demasiado tórridos los veranos ni demasiado fríos los inviernos”.
“Permíteme, Señor, actuar siempre al unísono del latir cósmico, y que todo
encuentre a través de mí su perfecta línea del Universo”.
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