Esta
prueba fue elaborada en 1955 por el Dr. Boule, de Leningrado. De pie, frente al
hipnotizador, el sujeto sostiene en una mano un péndulo o un hilo rígido al que
se le ha atado un peso. El hipnotizador, por su parte, está provisto de un imán
ficticio, en forma de herradura, que puede pasar por un imán real. El
hipnotizador dice:
“El
péndulo que sostienes va a seguir los movimientos que yo dibuje con este imán. Míralo
fijamente. En cuanto adelante el imán, el péndulo irá hacia atrás. Tan pronto
como el imán retroceda, el péndulo lo seguirá.”
El hipnotizador acerca y aleja el falso imán y
sugiere:
“El péndulo va a comenzar a oscilar. No vas a poder
evitarlo, el péndulo va a seguir los movimientos del imán. Es imposible que el
péndulo permanezca inmóvil. Ya está, casi imperceptiblemente el péndulo empieza
a oscilar. El péndulo se mueve. Se empieza a mover con más fuerza. Su vaivén se
hace más definido... Su vaivén se hace cada vez más marcado. El péndulo oscila
cada vez más.”
Es obvio que la experiencia habrá dado resultado si
el paciente, sin darse cuenta, imprime al péndulo un movimiento que corresponde
exactamente al del falso imán manipulado por el hipnotizador.
Métodos de profundización:
Se supone que antes de realizar cualquier método de
profundización, el sujeto debe de estar al menos sumido en el estado Z1 o Z2.
(Es decir, que responda correctamente a sugestiones del tipo: “Tu puño está tan cerrado que no eres
capaz de abrirlo...”)
No hay comentarios:
Publicar un comentario