Tómese pelo de la barba del hombre que la mujer quiere que le ame, procurando que sea lo más inmediato posible de la oreja izquierda; y una moneda de plata que él haya llevado encima por lo menos medio día.
Póngase todo junto a hervir en un jarro de asperón nuevo lleno de vino, échese también saliva y ruda, y al cabo de una hora saqúese la moneda.
Cuando se quiera hacer la prueba se toma la moneda en la mano derecha, se acerca la mujer al hombre deseado, pronunciando estas palabras Rosa de amor y flor de espina, bastante alto para que él lo oiga; luego se le toca ligeramente el hombro izquierdo, y entonces él la seguirá a todas partes.
No se eche a olvido que es preciso que el jarro de asperón permanezca al fuego, porque el ardor del hombre se mide con el calor del vino.
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