Toma dos ojos de león macho y ponlos a orear a la luz de la luna cuando esté en su cuarto creciente. Cuando estén bien oreados, ponlos en infusión con algunos gramos de pimienta en una botella de vino blanco rancio, que dejarás al sereno, cuando la luna se halle en su cuarto creciente. Una vez verificada la infusión citada, filtrarás el vino en un trapo de lino finísimo y puro y le agregarás una cucharada de miel. Después permanecerás encerrado en una habitación donde no penetre la luz durante veinticuatro horas, al cabo de las cuales beberás un cortadillo del brebaje, elevando tu espíritu y pronunciarás estas palabras: "Lucifer, Belzebuth, Astaroth, prestadme vuestro infernal poder contra... (aquí pronunciarás el nombre de la persona a quien quieras causar el maleficio) Amén".
Luego marcharás en su busca, con la mirada baja y procurando no mirar de frente a las personas a quienes no quieras causar mal, y al encontrarla la mirarás de frente durante algunos minutos, exclamando mentalmente:
"¡Por vuestra virtud, Lucifer, Belzebuth, Astaroth, cúmplase mi deseo ... Amén". Está probado que realizada esta experiencia en la forma apuntada, la persona contra la cual os hayáis dirigido, sufrirá inmediatamente los efectos de vuestro maleficio.
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