Se escogerán las horas de Venus o Luna por ser las más convenientes para dedicarlas a las experiencias de amor, se escribirá en un pergamino virgen con la pluma del auca, bien perfumado, mojándola en la tinta de los pactos, las palabras siguientes:
Ruégete, Adonay, que deposites en este pergamino inmaculado los misteriosos efluvios de la gracia y la impenetración con que el poderoso Sr. Alpha y Omega, Señor y Soberano de todas las ciencias y artes, te ha dotado, para concederlas graciosamente a los mortales que sean dignos de tus dones. Yo, el más misero de todos, espero ser favorecido por tí con la gracia necesaria para merecer el aprecio general y particularmente el de fulano de tal (o fulana), cuyo cariño deseo poseer desde este momento, y que sea eterno como lo es el soberano señor Alpha y Omega de las ciencias cabalísticas. Asi sea. Una vez que ya esté escrito el pergamino lo doblarás con cuidado en cuatro dobleces y lo colocarás dentro de un trapo de seda encamado, que sujetarás con un alfiler nuevo, colocándolo sobre el costado izquierdo, encima del corazón. Si la operación está bien hecha y si eres digno de los dones de la gracia, no pasará mucho tiempo sin que se vea logrado tu deseo.
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