Cuando somos conscientes de ser víctimas de un ataque psíquico y procedemos a defendernos, o si bien dicha protección hemos de ejercerla sobre otra persona que carece de nuestras técnicas, hemos de asegurarnos primero de que todos los recaudos que conllevan a feliz término nuestro trabajo han sido tomados; en estas lides, la improvisación es casi un suicidio.
Para ello, y con veinticuatro horas de antelación, conviene comenzar cierta depuración consistente sólo en la ingestión, en cantidades moderadas, de arroz integral y agua mineral como único alimento. En este último caso, se hace uso del agua mineral “ionizada” (es decir, la proveniente de manantiales subterráneos con alto porcentaje de sales e iones, o sea, altamente acumulativa de energías) en lugar de la que se obtiene de vertientes montañosas. En líneas generales, abundan más en el mercado las del primer tipo y por añadidura son más económicas.
Todo esto es a efectos de depurar al máximo nuestro organismo para eliminar todo tipo de toxinas que alteren nuestro equilibrio físico, ya que, por aquél axioma de la Parapsicología que dice que “cualquier fenómeno que se produzca en uno de los tres campos del individuo (físico, psíquico y energético) producirá efectos semejantes en los otros dos”, ocasionaría perturbaciones energéticas que son más que inconvenientes a la hora de presentar batalla.
Una vez ubicados (conviene hacerlo en un lugar tranquilo, con una ventana abierta frente a nosotros, de ser posible y mirando al Este) procederemos a encender la vela blanca (situada frente a nosotros) y tres carbones inciensarios con incienso, a nuestra izquierda, derecha y atrás, respectivamente. El encendido lo haremos en el sentido de giro de las agujas del reloj, es decir, dando fuego primero al de la izquierda, luego al de la derecha y finalmente al que se encuentra detrás nuestro.
Antes de proseguir, dejemos adecuadamente aclarado que para efectuar estas operaciones hemos seleccionado correctamente el dí a y la hora para hacerlo. Si bien estas técnicas, efectuadas en cualquier momento, igualmente tienen su valor, debe entenderse que aprovechar la aspectación astrológica adecuada potenciar á al máximo sus efectos.
Así , cada día de la semana está regido por las vibraciones de un determinado cuerpo astronómico, cuyos efectos se dejarán sentir más sensiblemente sobre las siguientes áreas:
Domingo | Sol | Problemas fisicos, desaparicion de dinero, errores sociales. | |
Lunes | Luna | Cuestiones y problemas mentales o intelectuales. | |
Martes | Marte | Falta de vitalidad y energia, ira, violencia injustificada. | |
Miercoles | Mercurio | Asuntos comerciales y juridicos. | |
Jueves | Jupiter | Dificultades de todo tipo. | |
Viernes | Venus | Cuestiones sentimentales. | |
Sabado | Saturno | Ciencias ocultas. |
(Quede claro que aquí analizamos la correspondencia entre cada astro y el á rea problemática del individuo, dada la naturaleza de este trabajo. Incidentalmente, debe señalarse que el efecto de cada uno de ellos sobre la naturaleza humana, fuera del marco de una agresión psíquica y con el planeta bien aspectado será, por el contrario, absolutamente positiva sobre ese ítem de la vida del sujeto.)
Y así , las horas de un mismo día regido por los planetas, tomadas desde la salida del Sol a la puesta, período que dividido en 12 lapsos iguales llamaremos “Horas Planetarias Diurnas”, y el lapso que media entre la puesta y la salida del dí a siguiente, que nuevamente dividido en 12 períodos iguales llamaremos “Horas Planetarias Nocturnas”. Estas “horas”, lógicamente, no serán de sesenta minutos, y variarán de acuerdo a la época del año que son calculadas y la latitud geográfica:
DOM | LUN | MAR | MIER | JUE | VIER | SAB | |
1 | Sol | Luna | Marte | Mercurio | Jupiter | Venus | Saturno |
2 | Venus | Saturno | Sol | Luna | Marte | Mercurio | Jupiter |
3 | Mercurio | Jupiter | Venus | Saturno | Sol | Luna | Marte |
4 | Luna | Marte | Mercurio | Jupiter | Venus | Saturno | Sol |
5 | Saturno | Sol | Luna | Marte | Mercurio | Jupiter | Venus |
6 | Jupiter | Venus | Saturno | Sol | Luna | Marte | Mercurio |
7 | Marte | Mercurio | Jupiter | Venus | Saturno | Sol | Luna |
8 | Sol | Luna | Marte | Mercurio | Jupiter | Venus | Saturno |
9 | Venus | Saturno | Sol | Luna | Marte | Mercurio | Jupiter |
10 | Mercurio | Jupiter | Venus | Saturno | Sol | Luna | Marte |
11 | Luna | Marte | Mercurio | Jupiter | Venus | Saturno | Sol |
12 | Saturno | Sol | Luna | Marte | Mercurio | Jupiter | Venus |
Para las horas Planetarias Nocturnas, el período de 12 de las mismas no comienza nuevamente con el planeta correspondiente a cada día, sino continúa con el que sigue en la secuencia natural SOL / VENUS / MERCURIO / LUNA / SATURNO / JÚPITER / MARTE
En cuanto a la vestimenta, si bien no hay mayores objeciones en usar cualquiera, debe optarse preferentemente por aquella recién lavada o aún sin estrenar. Usar la misma que traemos de la calle puede implicar que al estar ésta impregnada por las remanencias energéticas de otros transeúntes, las mismas influyan desfavorablemente en nuestro trabajo. Personalmente, recomiendo hacerlo con ropa de algodón o lino en las condiciones descriptas, o bien desnudo.
La elección de los sahumerios es importante, ya sean estos en forma de conos defumadores, palillos o en polvo. Las fragancias deberán ser acordes a la modalidad de trabajo, de acuerdo al Arquetipo Protector seleccionado, como veremos más adelante.
Si estas tareas las efectuamos en horas diurnas, también bastará que nos iluminemos con la luz del sol, directa o indirecta. Si es de noche, velas blancas o de colores suaves, pues se las considera como concentradoras y potenciadoras del trabajo mental que hemos de desarrollar. Personalmente, he obtenido igualmente excelentes resultados iluminándome con una lamparilla eléctrica y el resto de la habitación en penumbras, y considero que el valor ritualístico de la vela pasa más por el aura de místico recogimiento que evoca en función de su uso y correspondencia religiosa, más que en las propiedades intrínsecas de la misma (excepto en el caso en que entran en juego en su fabricación sustancias, combinaciones y aspectaciones especí ficas, pero la complejidad de ese capítulo de la ceromancia escaparía a los alcances de este trabajo y de las necesidades de mis lectores). No olvidemos que el combate mental exige no sólo el empleo de velas en tanto y en cuanto entendamos que su efectividad no reside en la vela en sí (si es que hablamos de las fabricadas industrialmente) sino en su correspondencia simbólica con nuestro inconsciente.
Si el lector prefiere el empleo de bombillas eléctricas, entonces, sí , puede resultarle útil seleccionar el color de las mismas. A esto lo llamamos cromoarmonización (o armonización mediante los colores) y, junto con la cromoterapia (o curación por los colores) forma la disciplina conocida como Cromodinámica.
Estudiaremos entonces el efecto psicológico de cada color, como refuerzo a la autodefensa Mental, debiendo quedar bien en claro el concepto de que no se trata del color como pigmentación visible la que ejerce su efecto sobre nosotros, sino la particular vibración emitida por el mismo que, para este caso, equilibrará nuestro campo bioenergético o bioplasmático, armonizándolo, al entrar en resonancia el frente de onda de ese determinado color con el correspondiente al chakra afectado (inarmónico).
COLOR | EFECTO |
ROJO | Vitalizante, energetizante. Indicado para cuadros depresivos. |
AZUL | Sedante. Tranquilizante. |
VIOLETA | Armoniza nuestro ser espiritual. Refuerza el astral. Amplifica las facultades psi. |
AMARILLO | Incrementa nuestro intelecto, profundidad de análisis, velocidad de reacción. |
VERDE | Aumento de autoconfianza. |
En todos los casos se debe emplear lamparillas de filamentos y nunca tubos fluorescentes, ya que en este último caso, como la luminosidad es producida por la activación de los gases contenidos en su interior, genera una descarga de frecuencias particularmente desasosegadoras para el ser humano. Obsérvese, en ese sentido, que toda persona que pase como mínimo ocho horas diarias durante años desenvolviéndose bajo tubos fluorescentes acusará, especialmente en la faz mental y cotidianamente, depresiones, obnubilaciones, fatiga intelectual, somnolencia inusitada, desgano, recelo hacia los compañeros de trabajo, etc.
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