Cójase un sapo negro y amárrese alrededor de la barriga dos cintas, una roja y otra negra, las cuales habrán de servir para sujetar a dicha barriga un objeto de la persona a quien se quiera hechizar, y métasele al punto en una orza de barro diciendo estas palabras:
"Fulano (el nombre de la persona), si amares a otra que no sea, yo, o dedicares a otra tus pensamientos, el diablo, a quien confié mi suerte, te encerrará en el mundo de las aflicciones, en la misma forma que yo acabo de encerrar a este sapo, y de donde no saldrás, como no sea para casarte conmigo".
Proferidas estas palabras, tápese bien la orza, refrescando al sapo diariamente con el agua que le es indispensable para su vida. El día en que se ajustara el casamiento se le pondrá en libertad, teniendo cuidado de dejarle cerca de un charco de agua y de no maltratarle, pues de otro modo, el casamiento se realizaría, sí, pero la vida se haría insoportable para ambos cónyuges.
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