Encaminaos al cementerio y arrancad de él unas malvas. Regresad a casa y poniéndolas debajo del colchón y durante quince días, diréis lo siguiente:
(Nombre). Como se marchitarán estas hojas asi quiero que ese amor que un dia depositas junto a mi dolorido corazón, se sepulte para siempre lo que aun queda dentro de mi. (La fe y el poder de esas palabras darán al tiempo el resultado esperado).
No hay comentarios:
Publicar un comentario