Un día martes a las seis horas debe dirigirse a la casa del viudo. Allí arrojar sobre la puerta una fracción del perfume de Venus, a la par que se dice:
"Por el espíritu de Adonay a quien suplico mi ruego y espero su protección generosa, tributo para siempre mi fe y mi amor hasta que (nombre de la persona) sea unido a mi corazón. Que la ventura y la gracia del Señor se apiaden de mí".
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