Bien se sabe que el juego es un enigmático problema que sólo beneficia a determinado número de personas. Muchas de ellas son favorecidas constantemente y otras suelen serio por el espíritu inquieto y perspicaz. Pero la mayor parte de las veces la adversidad encuentra amplio margen para los Jugadores y por más tino y agudeza que se emplea, todas las operaciones puestas enjuego se estrellan contra las mejores voluntades. Para tal fin y para que el factor suerte acompañe al jugador nada mejor que el Talismán de la suerte, cuya figura es ampliamente conocida. Antes de entrar en juego débese musitar lo siguiente:
"Oh divino Talismán cuyo poder y gracia necesito, concédeme tus favores y que la estrella luminosa proteja en esta hora al que desde ahora eleva su mego. Que tu gracia bendita y espiritual esté siempre conmigo".
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