Decir que existe la adicción al tarot puede sonar
un tanto negativo. ¡Pero queremos demostrar que no lo es! Hay gente que es
adicta al café cada mañana o a un cigarrillo ocasional. ¿Tiene eso algo de
ruin? ¿Acaso es despreciable? De ser así, muchas costumbres son censurables.
Muchos interpelan
su horóscopo cada maña y no dan siquiera un paso sin estar al corriente de lo
que se anuncia sobre su signo zodiacal. Parece que los astros dictan cada
decisión de su jornada. También, hay personas que cumplen un rosario todos los
días y nadie las vilipendia por ello. Entonces: ¿hay algo de inicuo en
consultar el tarot a diario?
El tema de la supuesta adicción al
tarot
Tal vez, todo
depende del punto de vista. La perspectiva deforma las cosas. Aseverar que existe la adicción al tarot es endosarle
a las cartas un aura nociva. ¿Qué es una adicción? Sin duda, no es algo loable.
El diccionario de la Real Academia Española (RAE) define de esta manera la
palabra adicción: 1. Dependencia de sustancias o actividades nocivas para la
salud o el equilibrio psíquico, 2. Afición extrema a alguien o algo.
En dado caso, en
este post se sondea la segunda acepción del término: “afición extrema a alguien o a algo”. Se toma como sujeto de
análisis a una persona que usa el tarot de manera habitual. A alguien que cada
decisión cotidiana la toma con ayuda de los Arcanos Mayores y los Arcanos Menores.
¿Hay personas así?
La respuesta es afirmativa: SI. Y no son pocas. Es una manera de llevar la
vida. Es una forma de sentirse seguros consigo mismos. ¿Cómo son estas
personas? ¿Qué hacen y porqué los tachan de fanáticos del tarot? En realidad,
son personas normales. Cuando se dice que existe
la adicción al tarot uno tiende a imaginarse a alguien sin juicio, como un
borracho siempre ebrio o un apostador empedernido que pierde todo lo que tiene
y sigue jugando.
¡No hay nada más
errado de la verdad que lo antes dicho! Un aficionado al tarot no es ni un
adicto ni un enfermo. ¡Nada que ver! Es alguien que ha descubierto un modo de
vida: el tarot. Se trata de una persona que ha descubierto esa luz de confianza
en el sigilo de su corazón. Alguien que ha encontrado la manera de tantear las
paredes de su destino es la oscuridad de su vida. El tarot es una guía, no es
una adicción maligna. El tarot muestra y aconseja. De hecho, tantos los Arcanos
Mayores como los Arcanos Menores son los más sabios consejeros de la
cartomancias y el esoterismo.
Si eres de los que
aman estas cartas, entonces no dejes impresionarte. No existe la adicción al tarot, sino el amor a la baraja. Estas cartas
son un compendio de conocimientos. Ellas muestran que el azar es en realidad un
tejido conexo y cifrado, donde hay un mensaje o una estructura que es meritorio
descifrar. En esto reside su encanto y su misterio, su poder y su elemental
andamiaje de baraja con números y pintas.
Sobre el maravilloso uso del tarot
en la vida diaria
Repetimos que está
mal decir que existe la adicción al
tarot. Es imposible tildar de “adicción” al uso de algo de manera necesaria
para la vida. De ser así, entonces todos los seres humanos tenemos adicción por
comer o respirar. Son actividades que hacemos a diario, que son vitales, que
ayudan a que tengamos pulsaciones y latidos en el corazón.
Usar el tarot a
diario es algo inteligente. Por ejemplo, cuando se tiene una duda sobre un tema
se puede hacer una lectura fugaz de las cartas. Ellas nos dicen cuál es la
mejor opción. O mejor dicho: nos anuncian las consecuencias de cada acto que
realicemos. De ese modo, podemos saber que camino optar. Hay que recordar que
la vida es una constante decisión. Somos lo que somos, estamos donde estamos,
gracias a las decisiones que elegimos. ¡Así de simple!
Por lo antes dicho,
no existe la adicción al tarot. En
realidad, el tarot es una herramienta que puede usarse de manera cotidiana. Por
ejemplo, antes de salir a trabajar se puede hacer una sesión breve de estas
cartas. Luego, a mediodía y antes de acostarse. Igualmente, cuando se presentan
momentos en que hay que hacer decisiones de envergadura, lo mejor es detenerse
un rato, reflexionar y despejar las dudas con ayuda de una tirada de las
cartas. ¡Se pueden obtener resultados sorprendentes!
Las bondades de este mazo de
cartas y el poder de los arcanos
Sentenciar que existe la adicción al tarot implica que
estas cartas no tienen nada de positivo. ¡Esto es falso! En realidad, es
cuantioso el número de sus bondades. Imagina que alguien te dice lo que puede
pasar si optas por elegir un trabajo, o si te dicen si el matrimonio que estás
a punto de concretar puede llevarte al fracaso. Incluso, si el número de
lotería que ansías comprar te lleva a la riqueza o solo perder el dinero en ese
billete de azar.
El tarot tiene la
ventaja de que ofrece muchas repuestas: en sus naipes no hay ni una sentencia,
ni una profecía. Además, le muestra a quien hace la consulta toda una gama de
alternativas sobre el tema. No una sola opción. No un solo y único callejón.
La vida no es un
callejón sin destino. Tampoco un laberinto. Es un andar en el bosque, donde el
caminante se hace camino al andar. El tarot nos dice por dónde andar. Esa es su
gran ventaja, su gran poder y su más inconmensurable virtud.
No te dejes confundir por los
malos rumores sobre el tarot
Insistimos en que no existe la adicción al tarot. No te sientas culpable si eres un
creyente en estas cartas. Nosotros podemos hacer consultas las 24 horas, todos
los días. Anímate. Ten siempre contigo la sabiduría de los arcanos. No dejes el
futuro en manos de la casualidad. Telefonéanos al número 806 00 27 50.
Pura basura, ustedes tarotistas son estafadoras y se aprovechan de la desesperación de las víctimas, claro que existe la adicción al tarot y ustedes la aprovechan, ladronas
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