Se llama Alomancia a la adivinación por medio de la sal.
La sal ha sido, en todo los tiempos, considerada como sagrada. Entre los romanos era de mal presagio para el que daba una comida, si algún convidado se dormía antes que se hubiesen retirado los saleros. Los primeros cristianos empleaban y aun hoy se emplea la sal en algunas ceremonias religiosas, como el bautismo, siendo símbolo de la sabiduría.
Muchas personas consideran como anuncio de gran desgracia, cuando por casualidad, se derrama un salero sobre el mantel.
Para conjurar este mal efecto, se toma con la punta del cuchillo un poco de la sal derramada y se lanza hacia atrás por encima del hombro derecho, diciendo: Satán, toma tu parte y vete.
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