videntes
18:55
¿Qué es la gemoterapia?
Hablar de gemas y cristales, es sumergirnos en niveles de
conciencia que nos unen con otras esferas de inteligencia.
Para el común de las personas una gema o un cristal es solamente
una piedra o algo bonito para exhibir como adorno para realzar su belleza. Pero
qué distantes están de saber la real naturaleza de una gema o cristal, como ser
energético y fuente de luz cósmica.
Sabemos que todas las civilizaciones, desde los orígenes, buscaron
en las entrañas de nuestra madre tierra, cristales de inusitado brillo o gemas
que eran utilizadas para rituales de sanación y como símbolo del poder de Dios
en la tierra.
Los antiguos Aztecas utilizaban el jade y la obsidiana como
piedras rituales, pulían la obsidiana para realizar espejos negros en los
cuales se podía ver el futuro.
El uso de los cristales marcó muchas otras culturas, en cada una de ellas los cristales y gemas daban prestigio para conocer el futuro.
El uso de los cristales marcó muchas otras culturas, en cada una de ellas los cristales y gemas daban prestigio para conocer el futuro.
Hoy en día son utilizadas en diferentes religiones simbolizando
distintas energías o estados espirituales, como los obispos que utilizan la
amatista, simbolizando la transmutación y elevación del espíritu a niveles
superiores de consciencia,el rubí como símbolo del ministerio de Dios en la
tierra, el topacio, cáliz de la sabiduría y receptor de energías que abren el
chakra de la corona.
Mucho podemos hablar sobre simbolismos, pero mi deseo es mostrarles el camino de apertura espiritual, que por medio de la gemoterapia podemos llegar a vivenciar.
Mucho podemos hablar sobre simbolismos, pero mi deseo es mostrarles el camino de apertura espiritual, que por medio de la gemoterapia podemos llegar a vivenciar.
En la actualidad es posible conocer con mayor certeza la acción de
las gemas sobre el cuerpo y se están realizando toda clase de estudios sobre
este tema.
Un reloj de cuarzo funciona con una pila, la cual bajo su
recubrimiento metálico posee un pequeño cristal de cuarzo que mediante la
compresión emite energía suficiente para hacer que el reloj funcione.
Tan poderosa es su energía que los terapeutas de muchas
disciplinas se están acercando cada vez más a la gemoterapia. Los efectos
sanadores de estas piedras actúan sobre el cuerpo humano magnificando la
energía de los pequeños cristales que componen nuestro cuerpo, normalizando su
función.
En términos científicos, las gemas y cristales magnetizan a sus
pares dentro del organismo, lo que produce una sensación de relajación y
vitalidad.
Los cristales poseen una vibración acorde a la de la tierra, por
lo cual la sensación de relajación puede ser atribuida a una conexión
vibratoria con ella.
En los libros sagrados de la India, como el ayurveda (veda de la
vida), los cristales están presentes como seres vivos; en cada uno de ellos
habita un deva, comandado por un espíritu de la naturaleza. Estos devas son los
encargados de la formación de la gemas o cristales, son los que canalizan las
energías cósmicas y geomagnéticas a través de ellas, y en la práctica de la
meditación hacemos contactos con estos seres dévicos para poder programar en
diferentes funciones sanadoras y armonizadoras de estas gemas y cristales.
Desde un punto de vista espiritual y esotérico estamos
comunicándonos con el mundo dévico, conectándonos con seres de diferente
evolución, que en sus estratos inferiores se manifiestan como devas de la
naturaleza, llegando a su estado superior manifiesto como ángeles. Entre los
cristales tenemos un verdadero regalo del reino angélico: LOS CELESTIALES, que
encierran energías cósmicas que abren los chakras superiores permitiendo
conectarnos con la sabiduría divina a través de los ángeles, seres ascendidos y
maestros cósmicos.
Como verán, la gemoterapia es un tema muy amplio donde se trabaja en varios niveles: FÍSICO-MENTAL-ESPIRITUAL, exaltando así las energías lumínicas que fluyen en nosotros.
Como verán, la gemoterapia es un tema muy amplio donde se trabaja en varios niveles: FÍSICO-MENTAL-ESPIRITUAL, exaltando así las energías lumínicas que fluyen en nosotros.