Se compra un limón de los más pequeños, verdoso y duro, se toman tres varas de cinta blanca de lustre y 50 alfileres nuevos y pequeños. Se clava un alfiler arriba del limón, o sea en la punta, dos en la parte baja y los demás se colocan clavados, formando cruz, por todo el limón.
Hecho esto, se ha de rezar durante nueve días a las doce del día y de la noche, la oración siguiente:
Fulano (aquí el nombre de la persona) no te dejaré vivir, parar ni sosegar hasta que tú, Fulano de tal, o Fulana (si es mujer) vengan a mi casa a buscarme. Quiero que no puedas vivir, ni sosegar, ni en ninguna parte parar, mientras que tú, N. no vengas a buscarme. Se reza un credo por la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, y se dice: Este credo lo aplico a la intención de que fulano olvide a las personas que trae, menos a mi, por la virtud de este limón y por el carino que le tengo.
Todo lo anterior se repite durante siete veces, haciendo un nudo a la cinta cada vez, en el centro. Cuando ya tiene los siete nudos, se coloca el limón atado con la cinta al costado izquierdo, donde deberá llevarse durante nueve días, sin que se entere nadie, y menos la persona a quien va dedicado, pues si se entera o lo toca se pierde el encanto y hay que poner otro.
El rezo se repite durante nueve días a las doce del día y de la noche, pero no asi la operación de clavar los alfileres y de hacer los nudos, porque esto sólo debe hacerse la primera vez. El limón puede colocarse en una bolsita para ponerlo al costado izquierdo, pero es muy importante que vaya ésta atada con la cinta de los siete nudos.
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