verdadera vocación por ellas, poniendo toda su voluntad y buena fe en sus ejercicios y pláticas. Es muy
importante que no olvide, que los espíritus a quienes invoca leen sus pensamientos, y si no pone en la
invocación todos sus sentidos, sin distraer en lo más mínimo su atención del trabajo que ejecuta, en lugar de ser atendida su invocación, será castigada en su temeridad por los mismos espíritus a quienes haya molestado o llamado para pactar con ellos.
Deberá asimismo tener presente, que no pueden hacerse las invocaciones en sitio en que haya cruces o
signos bendecidos. La persona que quiera hacer los experimentos deberá estar absolutamente sola, a no ser que la acompañe persona indicada en el arte y que tenga hecho pacto con algún espíritu.
El sitio más adecuado para hacer las invocaciones, será siempre la cima de una montaña a cuya falda
circule un rio, procurando que en sus contomos no haya otra más elevada. Si esto no pudiera ser, se buscará un lugar próximo a un rio, donde se crucen dos caminos formando cuatro sendas que vayan en opuestas direcciones; estas sendas representarán los cuatro puntos cardinales del universo, en cualquiera de los cuales puede hallarse en aquella hora el espíritu con quien se quiera tratar. Es de absoluta necesidad que el rio esté muy próximo al punto de la invocación, por ser el agua y el aire los elementos más apropiados a la transmisión del pensamiento, y juegan éstos, en unión de los metales, un gran papel en el ejercicio de las Artes Mágicas.
Caso que por motivo de salud o por otra cualquiera causa no fuera posible ejecutar la invocación fuera de
casa, será preciso escoger una habitación solitaria; revestida de una tela negra por todas las paredes y techo; después de hecho esto, se abrirán las ventanas y se dirá la siguiente oración:
"Ya se halla preparado el lugar para los experimentos;
en él no hay nada bendecido ni signos religiosos; mi alma
se halla completamente libre del espíritu divino y dispuesta
al pacto con los espíritus del Averno, a los cuales voy a
invocar con toda mi voluntad, y sin obedecer a mandato o
imposición de nadie".
Es necesario que no se sienta temor ninguno en aquella hora ni a la aparición del espíritu, pues si es
temeroso se expone a ser atormentado por el espíritu mismo que a su conjuro se aparece. El verdadero
iniciado ha de ser temerario; por consiguiente, el que tiene temor es que no ejecuta la invocación con la verdadera fe que Lucifer requiere en los que han de pactar con él, y castiga con un sinnúmero de sufrimientos, y a veces con la muerte, a los osados que quieran hacerle juguete de sus engaños.
Para que las invocaciones tengan verdadera fuerza, será conveniente poseer algún Talismán, sin olvidar por esto las advertencias anteriores.
En la sección correspondiente a las invocaciones y conjuros se hallará la explicación y modo de ejecutarla.
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