Cuando se haya provocado la risa, el hipnotizador
pasa a otra sugestión:
“Dentro
de un momento podrás doblar el brazo, pero tus pies no podrás moverse, es como
si estuvieran clavados en el suelo. Voy a contar hasta tres, y cuando diga tres
tus pies estarán adheridos al suelo, será imposible moverlos. Uno... dos...
tres...”
El hipnotizador deja el brazo del sujeto extendido
a lo largo de su cuerpo, y después dice:
“Tienes
la impresión de que tus pies están clavados en el suelo. Te resulta imposible
caminar. Te resulta imposible avanzar o retroceder. Es inútil que hagas
esfuerzos, tus pies no se mueven. Eres consciente de lo que está pasando, te
esfuerzas, pero no puedes caminar.”
Si es necesario, el hipnotizador debe repetir la
sugestión antes de abordar la penúltima fase de la hipnosis:
“Te
resulta agradable oír mis palabras. Apruebas todo lo que yo te digo. Dentro de
un momento tu cuerpo se va a poner rígido. Pronto tu cuerpo se pondrá duro,
duro, duro, duro como una piedra. Cuando yo diga tres, tu cuerpo estará tan
duro como una piedra. Uno... dos... tres... Todo tu cuerpo está duro, duro como
una piedra. Tan duro que no puedes permanecer como estás, tienes ganas de
acostarte. Tu cuerpo está duro, pesado, pesado, pesado, tienes que acostarte.”
El hipnotizador sostiene al sujeto y le ayuda
a tenderse en el sofá, después continúa:
“Sientes
tu cuerpo duro y pesado, pero eso cambiará. Cuando yo diga tres tu cuerpo se
ablandará. Cuando yo diga tres desaparecerán de inmediato la rigidez y la
pesadez. La rigidez y la pesadez desaparecerán, tu cuerpo se ablandará. Uno...
dos... tres... Ya está, la rigidez y la pesadez han desaparecido. Tu cuerpo es
flexible. Flexible y ligero. Respiras tranquilamente. Tu respiración es
tranquila y regular. Tu cuerpo es flexible y ligero, cada vez más flexible y
ligero. Hasta tal punto que, cuando yo diga tres, tendrás la impresión de que
tu cuerpo se echa a volar. Cuando yo diga tres tu cuerpo, que sientes
increíblemente flexible y ligero, volará. Uno... dos... tres... Tu cuerpo,
flexible y ligero, vuela. Flotas en el aire. Tu cuerpo es tan liviano que
flotas en el aire como una pluma, flotas en el aire como una pluma. Es
agradable flotar en el aire. Dulce, descansado... Disfrutas de la extrema
liviandad que se apodera de tu cuerpo. Te sientes relajado, cada vez más
relajado. Estás dormido. Duerme... quiero que duermas...”
(Ahora deberías de aplicar cualquier
técnica de profundización.)
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